Aclaro que no son tipos mutuamente excluyentes, una misma persona puede cuadrar en varias categorías o ir cambiando de nivel con el tiempo (y con el objeto de adoración elegido).
Veamos...
Fanática aplicada: una vez selecciona su “objeto de culto”,
se dedica a repasar concienzudamente todos los filmes en los que participó,
especialmente aquellos que ella ya había visto pero en los cuales no lo había
identificado.
Fanática enciclopédica: lo sabe todo acerca del “objeto de
culto”, desde el número de calzado que usa hasta las enfermedades infantiles
que padeció en su momento.
Fanática monoteísta: tiene un solo y absoluto “objeto de
interés”.
Fanática epidémica: está empecinada en lograr que todas sus
amistades se vuelvan fanáticas de su “objeto de interés”.
Fanática inconstante: cambia de “objeto de culto” todos los
meses, o algo así.
Fanática fiel: tiene un mismo y único “objeto de interés”
desde hace muchos años.
Fanática temática: le gustan todos los que, a lo largo del
tiempo, han interpretado al mismo personaje, o todos los que hacen un rol
similar. Ejemplo, todos los que han hecho de oficiales navales durante las
guerras napoleónicas; todos los que han interpretado a caballeros del Rey
Arturo, etc.
Fanática políticamente correcta: le gusta determinado
“objeto de culto” porque lo encuentra parecido a su marido – amante – novio,
etc.
Fanática “reina del despiste”: en alguna película, su “objeto
de interés” estaba tan bien caracterizado que no lo reconoció hasta los
créditos finales (sí, esas cosas pasan… péguenle una ojeada al reparto de “La
caída del halcón negro” y me cuentan… yo todavía sigo descubriendo gente ahí…)
Fanática “no a la discriminación”: a ella le gustan todos.
(Hay películas que fomentan este tipo de fan, la versión de “Rey Arturo” que
dirigió Antoine Fuqua es una de ellas…)
Fanática encubierta: si le preguntan, dirá que esto del
fangirlism es cosa de adolescentes o mujeres con desequilibrios hormonales, pero
su fondo de escritorio y/o protector de pantalla (o la manera en que tiene
decorada su agenda…) delatan quién es su “objeto de veneración”.
Fanática no selectiva: desde que determinó cuál es su
“objeto de interés”, le parece que toooodos sus trabajos merecen el premio del
festival de Cannes, incluso aquellos papeles que el susodicho evidentemente ha
aceptado interpretar por el mero hecho que los actores también tienen que pagar
la hipoteca, mandar la nena al colegio, cambiarle las cubiertas al coche, etc…
Fanática “propiedad transitiva”: no sólo sigue a un objeto
de culto, sino que le interesan las cosas que hacen todos los artistas que han
trabajado con él.
Fanática discreta: ella no anda haciendo alarde de su
“objeto de interés”, pero si la descubren lo admitirá e, inclusive, en algunos
casos tendrá el delicioso detalle de sonrojarse.
Fanática friki – original: a ella siempre le va a llamar la
atención el actor al que ninguna de sus amigas le da bolilla.
Fanática “yeta” o “mufa”: el personaje que interpreta su
objeto de interés se muere trágicamente en todas las películas (también
conocido como “síndrome de Sean Bean”)
Fanática “línea de conducta”: le gustan varios, pero que
comparten alguna característica definitoria bien marcada (por ejemplo, todos son
petisos, o todos son narigones, o todos son actores británicos pero no
ingleses)
Fanática “asaltacunas”: el objeto de interés es, como
mínimo, diez años menor que ella. (En este punto, sólo cabe anotar dos frases
célebres, 1ra: “Nunca digas de esta agua no he de beber…”, 2da: “El que esté
libre de pecado…”)
Sería buenísimo que me contaras qué tipo de fans te cruzas habitualmente, cuáles no soportas y por qué... o me agregues alguna que todavía no haya tenido el gusto de conocer!